De la diferencia entre el error y la atrocidad

Quisiera aquí hablar del poder de la palabra. De las mínimas sutilezas que se manejan al enunciar algo. Ante el uso de la palabra no nos detenemos lo suficiente.

Fredi Casco, Los desastres de la Guerra Fría, 2006.

Lia Colombino

Hace algunas semanas atrás el senador Goli Stroessner (nieto del dictador que recurrió a una fórmula de enroque de apellidos para llamarse igual que el abuelo) habló con los medios de la posibilidad de traer los restos mortales de quien detentara el poder absoluto sobre territorio, cuerpos y haceres en el Paraguay durante 35 años. Recordó la “gestión” de este señor y la definió como una en la cual se vieron “luces y sombras” con “aciertos y errores” (expresiones inscritas en el lugar común para hablar de dictadura, el menos común de los “lugares”).

Quisiera aquí hablar del poder de la palabra. De las mínimas sutilezas que se manejan al enunciar algo. Ante el uso de la palabra no nos detenemos lo suficiente.

Hace pocos días recorría el Museo de la Memoria en Santiago de Chile. No estoy segura todavía si me gustan esos lugares que pretenden restituciones imposibles o construcciones de espacios contra el olvido. Eso daría para otro artículo. Lo que aquí quería traer a colación es un testimonio al que pude acceder a partir de esta visita.

Arturo Jirón estaba con Salvador Allende el día del bombardeo a La Moneda ese fatídico 11 de septiembre de 1973. En un video documental relata esa mañana. Y concluye su relato: Hay quienes cometen errores, nosotros los hemos cometido. Y hay quienes cometen brutalidades.

Y he aquí la diferencia fundamental. Y digo fundamental sin caer en el uso de la palabra tener en cuenta lo que se está diciendo. Digo fundamental y digo cimiento, base, argumento. Digo fundamental y digo con esa palabra: constitutivo.
Las palabras, sus significados

Un error es una acción desacertada, es una equivocación. Tiene que ver con confundir los tantos, tiene que ver quizá y a lo sumo, con alguna falla, algo que salió mal. Un error puede enmendarse. De hecho el concepto de enmendar está vinculado al concepto de error o defecto. Enmendar quiere decir corregir, subsanar.

La brutalidad, sin embargo, tiene que ver con acciones crueles, tienen que ver con la violencia. Y yo aquí cambiaría de palabra, porque me parece que existe otra que todavía tiene más connotaciones y que a veces se utiliza como sinónimo: atrocidad. Muchos definen la atrocidad como una crueldad mayor. Y no es para menos.

La palabra atrocidad viene del latín y deriva de la palabra ater. Esta palabra se utilizaba para designar el color negro mate. ¿Por qué una tonalidad viene luego a convertirse en un concepto feroz? El negro mate se asoció al humo de color negro que resultaba de la combustión de material orgánico. Y así a lo tenebroso y a lo sombrío. De nuevo la pregunta: ¿por qué una palabra así se asocia a algo cruel?

Quizá el material de combustión, el material orgánico, sea un punto. Ese humo negro, resultado de la quema de materia orgánica ejerce violencia sobre esa misma materia, la reduce a cenizas a través de un proceso ígneo en el cual lo expuesto al fuego se inflama, se enciende dolorosamente para dar paso al puro resto.

Y de allí que ese humo negro sea relacionado a lo tenebroso y lo sombrío es solo una pequeña operación de contigüidad del lenguaje.

De errores y atrocidades

La dictadura es de por sí violenta porque establece el control sin límites de territorios, cuerpos y haceres, y ese control se da a partir de métodos ilegítimos. Eso es lo que instaura el llamado terrorismo de Estado.

Esto se supone programático. Hay programa en una dictadura, esto es, está planificada en sus acciones y sus alcances. Una dictadura no se da por error, se da porque se ha planificado, se tiene un plan concreto, es proyecto y luego programa.

Cuando en una guerra se habla de “errores bélicos” tampoco se está utilizando la palabra acertada. Podemos hablar de daños colaterales, pero a decisiones tomadas a sabiendas de sus consecuencias posibles.

La atrocidad de una dictadura tan larga, que supuso la asunción de un sistema que a todas luces seguimos reproduciendo en el Paraguay, no es un error. No se puede estar confundido por 35 años ni matar tanta gente por error. Tampoco se puede, por error, torturar a aún más cuerpos, exiliar otros tantos e instalar una mentalidad que reproduce el programa represivo al interior de la sociedad. Eso es un programa, y ese programa es atroz.

La condensación de lo atroz

Stroessner es la figura que condensa el programa del terrorismo de Estado y que como un humo negro se abalanzó sobre nuestra historia para llenarla de tiniebla.

Ese humo negro no deja ver, se instala ante nosotros hasta el día de hoy y no hay viento que lo espante, no hay brisa nueva que lo amilane. Ha inflamado materia orgánica, nuestros propios cuerpos, para convertirlos en despojos, animales sin articulación política posible, vagando en esta tierra arrasada.
El residuo

El cuerpo del dictador, sus restos, esos residuos, no son solo los “restos mortales” de un abuelo, de un familiar. Son el resto, el residuo de un tiempo que no ha pasado. Es un tiempo con el cual tenemos que convivir todos los días, es el tiempo que nos ha legado la corrupción, la mala gestión política (de todas las banderas políticas, sea cual fuere su tendencia), y estoy segura que hasta la forma en la cual nos conducimos en nuestro rasgado contrato social, tiene que ver con ese tiempo (desde la manera de cruzar la calle hasta el trato con las personas).

Ese residuo condensa todo aquello que no queremos como país. Porque hasta el más corrupto se queja con la tan consabida frase: “solo en Paraguay ocurren estas cosas”.

El dictador dejó de ser padre, abuelo, hijo cuando decidió establecer ese programa en su gobierno. Sus restos ya no son patrimonio de su familia. Jamás tuvo un juicio en vida. No hubo acciones para que su cuerpo vivo pagara por las atrocidades que decidió poner en marcha a partir de su aparato totalitario. Ni siquiera se han embargado sus bienes o los bienes de su descendencia.

La manipulación de la palabra quizá haga que mucha gente sienta empatía por aquella familia que no tiene los restos de su ser querido cerca.

Pero ya tenemos suficientes residuos de ese tiempo en este tiempo que se quisiera más limpio. Ese rastro lo vemos en el parlamento, en los partidos políticos, en personas que ocupan hace ya tiempo sus cargos sin aportar nada más que sus sentaderas a las sillas.

Es tiempo de darnos la oportunidad. Poder mirarnos los rostros y reconocernos capaces de doblegar el sino que ese humo negro y atroz desplegó sobre nosotros.

 

Fuente: http://www.vientofuerte.com/articulo.php?art=22139#.UH8ylIV8khe

Justicia por mano propia

Hace unos días, el hijo de Lino Oviedo sacó su artillería marca Rambo y disparó tres balazos al cuerpo de un individuo que intentó asaltarle a la salida del banco. Según el diario abc color, el delincuente pertenecería a una “banda internacional” de ladrones, que se dedica a tirar clavos miguelito para robar monederos.

En el exhaustivo informe se les olvidó mencionar con qué arsenal contaba el Ninja.

Ante el hecho, gran parte de la ciudadanía expresó su opinión congratulando al pistolero por la hazaña de lograr que el planeta tenga un asaltante menos. Distinto hubiese sido si las balas perforaban la humanidad del otro criminal, quizá allí no recibiría ningún aplauso y quedaría condenado por parricidio.

Siguiendo esta pueril lógica ciudadana, que considera que cada delincuente muerto reduce el índice de criminalidad, se justificaría entonces adoptar una medida extrema para acabar con los asaltos y la inseguridad de una vez. La estrategia sería atacar el supuesto foco infeccioso de este mal.

Supongamos entonces que se decida matar, sin tener en cuenta la edad, a todos los criminales y también a aquellos que por su situación, se presume estarían cerca de serlo: indigentes, marginales, analfabetos, todos los Jean Valjean.

La superpoblada Tacumbú, ese lugar donde se depositan los cuerpos vivos de delincuentes que permanecen allí hasta perder su condición humana, se solucionaría con explosivos. Habría que matar también a todos sus parientes, previendo cualquier deseo ulterior de venganza, y así arrancar la maleza desde su raíz.

De manera que el país quedaría poblado solo por personas con recursos, quienes competirían entre sí para llevar agua a su molino. En este escenario idealizado por las mentes más precarias, lucharían encarnizadamente para no caer en la desgracia de ser pobres y morir de tres balazos o lo que es peor, terminar en Tacumbú.

Cada quien cuidaría su cazuela, los más astutos acumularían todos los bienes posibles que mitiguen cualquier infortunio, asegurando provisiones incluso hasta la quinta generación familiar. Otros usarían siniestros métodos para multiplicar su activo y adueñarse de todo. Como no todos pueden correr a la misma velocidad, habría nuevos pobres que ejecutar.

Si aplicáramos esta ley con todos los criminales, rodearíamos la sede del Congreso y abriríamos fuego a discreción, hasta que no quede ni uno en pie. Para justificar la masacre solo bastaría con fotocopiar el libelo acusatorio de Tuma.

Nuevos parlamentarios ocuparían las bancas. Tratarían de hacer bien las cosas a sabiendas que es humanamente imposible no cometer errores, y ante la inminencia de ser ajusticiados perseguirían a muerte a sus opositores, tal como lo hará el pistolero padre según esta inaudita noticia.

Quizá esta audacia festejada por la ciudadanía, sea interpretada por los delincuentes como un aviso de que la próxima vez, estén mejor armados y disparen antes de requerir.

Una bala ni cien son suficientes para eliminar un sistema creador de miseria.

Si fuéramos japoneses la justicia por mano propia adecuada de aplicar sería el Harakiri.

no a la censura

Qué capo que haya gente que en lugar de decir lo que se tiene que hacer, va y lo hace. Enrique Giménez a.k.a. «El Chepi» conforma el grupo TEDIC. Fue el primero en reaccionar con información sobre el decreto, nuestros derechos y todo lo que necesitamos saber, para entender que las empresas Tigo y Personal cometieron «la mayor censura privada en la historia del país». Por este hecho, la asociación ha realizado una denuncia formal en defensa de la libertad de expresión. Así las cosas no quedan en la queja y se sienta un precedente que es esencial. Por eso, cuando ocurren estas cosas «hay que» denunciar.
Dato importante: cerca del 40% del electorado está conectado a la red.

Hay más información en esta nota realizada por el periódico E’a.

ijapú

El martes pasado, un sitio web anónimo abcolor.me, había puesto a disposición del público la posibilidad de crear sus propias noticias, parodiando magistralmente al diario abc color. Creatividad y humor se esparcieron en mil doscientos artículos ficticios registrados solo en las primeras horas. Todos tuvimos la oportunidad de divertirnos emulando el estilo de periodismo de abc.com.py

En ese instante, la directora de la versión digital del diario abc color, la periodista Mabel Rehnfeldt, pegó un grito que alcanzó el 7,1 de intensidad en la escala de Richter provocando la presente alerta meteorológica. Un fiscal del Joder Judicial acudió de inmediato al llamado de la selva y desde entonces, todos los fiscales que investigan causas como las del EPP, el robo al BNF, las coimas en el Senado, se volcaron a la caza de los peligrosísimos creadores del sitio de humor abcolor.me

Las compañías proveedoras de Internet y telefonía celular, Tigo y Personal, también sintieron el sismo y actuaron como se espera que lo hagan quienes confunden el logo de abc con un emblema nacional.

Ambas empresas privaron a todos sus usuarios el acceso a la diversión. Precautelaron intereses particulares por sobre los derechos de sus usuarios y sin pestañear violaron la Ley Nº 190, Art. 26 de Conatel que dice “…El prestador que provea el servicio deberá respetar el principio de neutralidad de las redes, por el que no podrá interferir o degradar el tráfico recibido o generado por el usuario…”

La presión de la ciudadanía se hizo sentir y la amenaza de una merecida demanda hacia esas compañías no se hizo esperar. Motivo por el cual ambas recapacitaron y reconocieron el error de origen “técnico”. Esto quiere decir que en ambas compañías a algún distraído se le cayó accidentalmente el dedo encima del botón rojo que dice «bloquear acceso a abcolor.me»

Y hablando de bloquear, el diario abc digital fiel a su costumbre, privilegia el uso de la libertad de prensa siempre socavando la libertad de expresión, y convenientemente deshabilita la posibilidad que los lectores opinen en esta noticia relacionada al tema que le aflige y también en esta otra donde alega que la parodia colectiva a través de abcolor.me: “Afecta la imagen de importantes empresas”, faltaría agregar todas del mismo dueño.

También se abstuvieron de informar sobre el bloqueo ilegal y sus repercusiones, evidentemente porque les toca de manera directa y obvia. ¿Actuarán así con todas las noticias que no son de su agrado?

Mientras, seguían apareciendo titulares creados por la gente, tales como “Carrizosa reconoce paternidad de Stuart Little”. Noticia desmentida horas después por el mismo Stuart, quien habría asegurado no tener parentesco alguno con ninguna rata del parlamento.

La parodia fue colectiva. El sitio aclara al pie, que la noticia es falsa y sin relación alguna con el diario abc color. El suceso a nivel masivo tuvo que ver con la burla hacia el estilo de periodismo de ese diario, instalado hace tiempo como el medio más manipulador y tendencioso del país. Evidentemente con las acciones legales que pretenden ejecutar, la intención de abc color sería mantener el monopolio de esas virtudes.

El Joder Judicial está abocado a encontrar a los creadores del sitio, pero se desentiende de las sanciones que pesan sobre las compañías telefónicas por haber violado la ley. Si la disculpa que presentaron ambas vale para eludir la pena, los creadores de abcolor.me podrían excusarse por haber usado, menos de diez minutos el logo original y quedar liberados de cualquier demanda.

Las redes sociales no son facebook y twitter, somos las más de un millón doscientas mil personas interconectadas en Paraguay, que representa  el 20% del electorado. Eso quiere decir que podemos cambiar este país con un click. Del mismo modo, pueden desconectarnos a todos, así de fácil como lo hicieron estas dos empresas la semana pasada, violando la ley con total impunidad, a menos que estemos atentos, informados y conectados de verdad.

El debate ahora pasaría por desentrañar quién es más japú: abc color o abcolor.me

FE DE ERRATAS:

Donde dice: representa el 20% del electorado.

Debe decir: representa casi el 40% del electorado.

 

 

ña rambona

buena idea + buena producción + buen cliente = «ña rambona»

Esperamos ver más de ña rambona y menos publicidades que intentan sin éxito adaptar ideas de afuera. ¡Bien lograda!

 

osamenta

El Senador alfredo gollum stroessner reclama el derecho que tiene como familiar, a traer los restos de su abuelo el ex Dictador, “para que descanse en la tierra por la que tanto peleó con errores y aciertos”. Ante las críticas, aseguró que una encuesta revelaría la gran cantidad de gente que apoya esta iniciativa. Lógicamente serían aquellos pocos que se beneficiaron con los arbitrarios aciertos del tirano.

Entre los errores del abuelito de gollum, se puede citar a los torturados, a los detenidos en forma arbitraria e ilegal, a los que fueron ejecutados, desaparecidos y exiliados que, según el Informe Final de la Comisión Verdad y Justicia, alcanzan la suma de 20.090 víctimas, y sus familiares afectados, unas 107.987 personas.

Estos cálculos no incluyen otras violaciones de derechos humanos hacia sectores o individuos que no gozaban de la simpatía del único líder que manejó criminalmente el país durante 35 años. Para entender lo que pasó durante la dictadura, conviene visitar el Museo Virtual Meves, hacemos extensiva la invitación a gollum para cotejar si a esos errores se refiere.

Consecuentemente los que sufrieron de manera directa e indirecta y viven para contarlo, son los que se oponen al regreso de la osamenta.

A pesar de todo, hay aportes que conviene reconocer y tienen que ver con la mentalidad que domina la vida de los ciudadanos hasta el día de hoy. Con stroessner todo era más fácil. Solo había que acceder a vivir bajo las aleatorias condiciones que imponía, era importante y a veces vital hacer contacto con alguien del circulo influyente para acceder a beneficios premium o simplemente asegurarse el derecho de trabajar y/o vivir. No pertenecer a ninguna “minoría”, principalmente homosexuales, comunistas, indígenas y opositores a su gobierno, ayudaba mucho al desenvolvimiento exitoso de cualquier ciudadano.

Por lo demás, la consigna era sencilla, la obediencia y sumisión hacia quien ejercía el rol de “amo y señor” un tanto más exagerado que Arnaldo André.

Gracias a stroessner se instaló en la población un modo de operar que es contrario a cualquier esfuerzo que no reporte un beneficio inmediato, contante y sonante. Las personas que encarnan el éxito en este país lo han logrado, manteniendo el modo stronista de lealtades donde la traición, siempre que beneficie al amo, es muy bien recompensada. De manera que, la inteligencia es una pérdida de tiempo y es rápidamente reemplazada por la viveza.

Así el Dictador forjó esta nación convirtiéndola en lo que es hoy: un pueblo cobarde y traidor.

Un pueblo con personas carentes de principios que admiran alardes inútiles. Donde el éxito nunca se mide por la capacidad, por la inteligencia, por la probidad, eso no le importa a nadie, hoy todo se reduce a una estética. Coches caros y ropas de marca son los indicadores del triunfo para la elite que mantiene firmes los preceptos del dictador.

Los más jóvenes por su parte, gracias a un sistema que castiga a quienes demuestran compromiso y elogia la eterna diversión, canalizan sus energías rebeldes admirando corajes inútiles. Como drogarse es peligroso y el tatuaje duele, les parece que hacerlo es de corajudos. La juventud es el principal agente de cambio, pero se limitan a admirar supuestas audacias que no producen ninguna transformación en la sociedad y consecutivamente sirven de sostén al sistema. Son el resultado del “no te metas” stronista. Se conforman así con transgresiones menudas que no pasan de ser estéticas, con un estilo siempre cansino y haciendo alarde de sus capacidades disminuidas. Habría que empezar a resistir a la tentación de sentirse genial por este tipo de cosas.

En este sistema stronista en el que todavía elegimos vivir, se ha llegado al colmo de llamar héroe a cualquier persona que lucha por su supervivencia. Cuando los actos heroicos jamás son redituables, nunca a favor de sí mismos, ni siquiera en situaciones límite. Los actos heroicos son justamente aquellos que implican sacrificio y pérdida desinteresada a favor de alguien distinto de uno, sin pretensiones de reconocimientos ni recompensas. Convenientemente cedemos ese rol, a quienes necesitan de nuestros actos heroicos.

No estamos viviendo una época de cambios, sino un cambio de época. Ese cambio ocurrirá cuando la mentada «garra guaraní», sirva para algo distinto de rascarse la zona en donde supuestamente se aloja el coraje.

metrobús

El proyecto Metrobús estaba pensado para beneficiar a toda la ciudadanía, excepto al Sr. Aldo Zuccolillo, propietario del diario abc color, de la Constructora Atlas y de Inmobiliaria del Este, entre otras varias empresas.

Aunque pensándolo mejor, él no sería el único perjudicado en este proyecto, también los colorados que utilizan los inmundos vehículos para acarrear a la manada de votantes, de individuos a quienes les mienten con metrobuses a cambio.

A medida que se profundiza en este rápido análisis, uno se va encontrando con otros negocios que también serían atropellados por el Metrobús. Los transportistas y otros empresarios ganarían más dinero, pero dentro de la formalidad que exige la ley y solo en términos comparativos en el rubro específico de transporte de pasajeros; obviamente quedarían fuera otros intereses que actualmente se mueven en negro de manera simultánea dentro de la flota de serial killers al volante.

La cantidad de dinero en efectivo que circula libre de inspección y control en las chatarras ambulantes, propicia de manera ideal el blanqueo de capitales.

Volviendo al párrafo inicial y a juzgar por lo que se aprecia en el mapa, el señor Z, vislumbrando una reactivación futura del ferrocarril, adquirió muchos inmuebles en zonas aledañas o contiguas a las viejas vías del tren, una astuta estrategia que además de revalorizar sus propiedades, haría que la ciudad crezca en torno a sus negocios. La insalvable falencia del Metrobús fue no contemplar ese itinerario.

Afortunadamente para el Sr. Z, y por esas caprichosas casualidades, el eterno aspirante a Presidente de la República Lino César Oviedo, tiene un oportuno proyecto ferroviario que justo utiliza ese antiguo trayecto, si bien no resolvería ni la décima parte de los problemas que el metrobús sí, cuidaría más y mejor los intereses del Sr. Z y los propios. Esta feliz coincidencia dio paso a una linda amistad entre ambos, aunque las malas lenguas aseguran que son viejos socios comerciales.

Es así que el diario abc color tiene sobradas razones para emprender una campaña de descalificación sostenida, sistemática y virulenta contra este proyecto. El diario con fe en la plata, aprovechó la ausencia de información, la mediocridad de cierto periodismo y la nula capacidad de comunicación del Ministerio de Obras Públicas, que jamás atinó a poner al alcance del público, la información más relevante, comprensible y oportuna del proyecto y se perdió la oportunidad de motivar la participación y la presión de la ciudadanía que es la única víctima de esta cadena alimenticia.

Luego apareció el rumor de la compra de votos a cinco mil dólares cada uno. Cosa perfectamente creíble dada la naturaleza de estos seres, pero que apesta a “coartada del perejil” sobretodo por la manera en que trascendió.

El metrobús no solo reemplazaría a los vetustos colectivos, sino que cortaría gran parte del circuito corrupto e impune que vampiriza a todo el país.

Por eso el metrobús no anda.

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