todos somos putos

El pastor cristiano Emilio Agüero Esgaib en su blog, da cátedra sobre la homosexualidad:

Si una persona ha vivido algunos de los siguientes puntos, no significa que sea homosexual, sino sólo que es más sensible a aprender la conducta… cuantos más aspectos coincidan, más propensa será la persona al problema.

Estamos dispuesto a aceptar (y lo hacemos) a los homosexuales, pero no aceptaremos el estilo de vida homosexual porque es antinatural, desviado, insalubre y pecaminoso.

¿Por qué me parece irracional la practica homosexual?, porque se usa para la penetración el “baso indebido” que no está preparado para que se le introduzcan cosas, va “contra natura”, o sea, en contra de la naturaleza, el ano es un órgano creado para expulsar los desechos del cuerpo, no para que se le introduzca nada, aparte de doloroso es también insalubre y eso a mi criterio es irracional.

Se puede deducir así que para los cristianos en general, la homosexualidad es un hobbie que se practica con el ano.

El pastor Emilio es muy claro cuando asegura que sí acepta a los homosexuales, pero no el «estilo» y de esta manera se refiere a la «irracional práctica homosexual» que consiste en la penetración anal. Es un alivio comprobar que el sabio pastor habla con propiedad sobre este tema cuando afirma que introducir algo por el ano es doloroso.

En su blog incluye un completo instructivo de los pasos a seguir para convertirse en homosexual: tener un padre ausente y una madre dominante, ser víctima de burlas en el colegio, que tus padres digan que deberías haber nacido con un sexo distinto, ver pornografía, masturbación masiva, tener contacto cercano con homosexuales que reclutan niños, haber sido violado, abusado, víctima de violencia doméstica. Lo llamativo de todo este análisis que hace El Buen Pastor, es que lo que termina siendo motivo de preocupación para él no es la mente ni el alma de quien padeciera tanto camino tortuoso, lo que insólitamente le preocupa es el ano.

Con la habitual magnanimidad cristiana, el pastor ofrece sus servicios para «curar» esta enfermedad que implica la insalubre práctica «contra natura» de usar un órgano para algo que no fue diseñado en primera instancia. Curiosamente no dice nada sobre el sexo oral, que todos sabemos no es precisamente conversar mientras se tiene sexo.

Al parecer esta postura obedece al desarrollo de una agenda cristiana que pretende normalizar las prácticas sexuales para que también en ese momento Dios esté presente. No alcanza con gemir su nombre reiteradas veces, la iglesia solicita que así sea, pero desde la posición del «misionero».

Siguiendo la lógica cristiana, las parejas heterosexuales que tienen sexo anal también serían homosexuales. Y no sólo eso, la mujer que es penetrada por el ano, sería al mismo tiempo hombre gay vestido de mujer, y eso terminaría derivando en la aparición del travesti.

Las lesbianas por su parte, como buenas mujeres que son, utilizan más la lengua. Las parejas hetero que hacen lo mismo, en realidad son también lesbianas. El hombre que le practica sexo oral a la mujer sería un transexual en potencia.

Cuando dos hombres tienen sexo anal, el que es penetrado sería el análogo a la mujer, por lo tanto terminan siendo la única pareja heterosexual de todo este análisis orgiástico.

Así como muchos sacerdotes interpretaron a su manera cuando Jesús dijo: «Dejad que los niños vengan a mí», el primer mandamiento y el más importante de todos es «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» que también quiere decir que un hombre puede amar a otro y una mujer a otra mujer, y entre ellos y a veces también un todos contra todos.

Muchos dirán que hombre y mujer fueron creados por Dios sólo para reproducirse, pero al parecer, y esto no me consta en lo personal, muchos de ellos no buscan reproducirse, sólo buscan orgasmos, que hasta la fecha no se tiene datos precisos de quién los inventó.

El pastor Agüero Esgayb, según consta en su blog, se autoproclama “Luchador por Cristo”, si es el mismo Cristo que se inmoló, levantó muertos, devolvió la vista a un ciego, convirtió el agua en vino y tres días después de la tremenda paliza resucitó sin resaca, no es alguien que precisamente necesite de nuestra ayuda. Una buena idea quizá sea, que el pastor se convierta en oveja.

Los cristi-anos están siempre muy preocupados en «agradar» al Dios que diseñaron que, hay que decirlo, es un poco voyeurista y no muy propenso a respetar sus propios mandamientos como cuando pasó por encima de «no desearás la mujer de tu prójimo» y sin pedir permiso preñó a la mujer de José.

Se puede concluir que si en algo somos iguales, es que de una manera o de otra todos usamos la lengua y el ano. El único problema es cuando el cristi-ano articula el nombre y la palabra de Dios por el lugar equivocado.

Amén.